Que tan complicado será llevar la Vacuna del Covid19 a todo el Planeta
Las industrias que mueven productos alrededor del mundo en barcos, aviones y camiones reconocen que no están listas para manejar los desafíos de distribuir una eventual vacuna contra el COVID-19 de los fabricantes de medicamentos a miles de millones de personas.
Las empresas de transporte de mercancías, que han visto reducido su número como efecto de la pandemia, enfrentarían obstáculos que van desde la escasez de capacidad en los buques portacontenedores y los aviones de carga hasta la falta de un pronóstico claro sobre cuándo llegará una vacuna.
Los transportistas han luchado durante años para reducir el engorroso papeleo y actualizar la tecnología temas que, de no abordarse pronto, ralentizarán ‘la carrera de relevos’ para transportar frágiles viales de medicamentos en cantidades sin precedentes.
Hacer una vacuna de manera rápida ya es bastante difícil, pero distribuirla en todo el mundo representa una gran cantidad de variables, y fuerzas en conflicto pueden ir en contra de ese esfuerzo: la infraestructura que impulsa la economía mundial se está reduciendo ante lo que será una prolongada recesión justo cuando las compañías farmacéuticas se preparan para lo que será el mayor y más importante lanzamiento médico en la historia moderna.
“No estamos preparados”, admitió Neel Jones Shah, jefe global de relaciones con los transportistas aéreos del agente de carga Flexport, durante un seminario web esta semana con otros ejecutivos de logística.
“Seamos honestos: las cadenas de suministro de vacunas son exponencialmente más complejas que las de los productos de protección personal”, como cubrebocas y guantes. “No puedes arruinar esos productos si los dejas en el asfalto por un par de días, pero sí lo harás si haces eso con las vacunas”, comentó.
Una flota de 8 mil aviones de carga
Julian Sutch, jefe de la división farmacéutica de Emirates SkyCargo, estimó recientemente que un carguero Boeing 777 puede transportar solo un millón de dosis individuales de una potencial vacuna. Eso significa que mover por aire las inyecciones (que podrían ser dobles) para proteger a solo a la mitad de la población a nivel mundial requeriría cerca de 8 mil aviones de carga.
La cifra es factible, pero no sin una estrategia global coordinada. Por ahora, lo que está ayudando a liberar la capacidad de carga aérea es modernizar los aviones de pasajeros inactivos para que puedan transportar productos. Emirates está utilizando 70 de sus aviones Boeing 777 para mover cargamentos, según Sutch.
Otro problema para la distribución implica la refrigeración. Los funcionarios sanitarios han dicho que una vacuna que finalmente llegue al mercado probablemente deba mantenerse en una temperatura que oscile entre 2 y 8 grados centígrados durante todo el proceso de envío. Algunas inyecciones con tecnologías más novedosas pueden necesitar de refrigeradores más avanzados que puedan mantener las vacunas a una temperatura menor a los 80 grados centígrados. Cualquier error podría arruinar las inyecciones.
Entre las grandes preguntas relacionadas con la equidad y la accesibilidad: ¿exactamente cómo llegarán los medicamentos que requieren un transporte tan delicado y costoso a áreas remotas y empobrecidas donde los drones ahora se usan para distribuir productos farmacéuticos?
Dichos detalles aún no se han resuelto y los remitentes son conscientes de la necesidad de organizarse, pero están esperando las señales de los fabricantes de medicamentos.
Shah dijo que Flexport está en conversaciones iniciales con varias compañías farmacéuticas involucradas en la fabricación de vacunas que aún no están seguras de lo que van a necesitar.
“Todos están extremadamente nerviosos por poder llevar las inyecciones al mercado tan rápido como la gente podría esperar”, comentó.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se están desarrollando más de 160 vacunas contra el nuevo coronavirus, aunque solo 25 están actualmente en la fase de estudios en humanos. Los candidatos más avanzados ahora están iniciando ensayos en etapas avanzadas y tienen la ambición de obtener una autorización de uso de emergencia de los reguladores antes de fin de año. Eso podría permitir una disponibilidad limitada de vacunas para los trabajadores de la salud y otros grupos vulnerables.
Apuntando hacia 2021
En última instancia, los países necesitarán un acceso mucho más amplio a las inyecciones para detener el virus SARS-CoV-2 que ha devastado las economías y que hasta el momento ha cobrado la vida de más de 633 mil personas a nivel mundial. No obstante, según las cuentas, es poco que eso ocurra hasta bien entrado el 2021, como muy pronto.
Mientras tanto, se están cerrando acuerdos de fabricación. Aunque la ciencia que subraya las inoculaciones aún no está probada, y la producción en masa sigue siendo una tarea desalentadora, los altos ejecutivos farmacéuticos especulan que la distribución representará el mayor desafío de todos.
“A menudo la gente habla sobre el enigma científico de conseguir una vacuna que funcione. De alguna manera, tal vez un problema aún más difícil es lo que usted acaba de señalar, que es la distribución “, apuntó el director ejecutivo de Merck & Co, Kenneth Frazier, en una entrevista en Bloomberg Television.
“Ninguno de nosotros está a salvo hasta que todos estemos a salvo, por lo que la vacuna debe darse a la humanidad. Necesitamos una que podamos fabricar y distribuir en todo el mundo”, remarcó .
¿Cómo se tendrían que estar preparando los aeropuertos?
“No creo que estemos listos porque no creo que sepamos qué esperar”, afirmó Emir Pineda, gerente de comercio y logística de aviación en el Aeropuerto Internacional de Miami, instalación que se encuentra entre un número limitado de aeropuertos en todo el mundo con transportistas certificados para el manejo de productos farmacéuticos.
“Si de repente 20 a 30 vuelos charter aterrizan en el Aeropuerto Internacional de Miami llenos de productos farmacéuticos para su distribución en toda América, tendremos un problema”, advirtió.
Otro factor en contra podría ser el comportamiento de algunos gobiernos proteccionistas que intentan obstaculizar la cooperación internacional ejerciendo soberanía sobre las cadenas de suministro.
Esa actitud se exhibió esta semana en una audiencia en Washington en un subcomité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, donde algunos legisladores interrogaron a ejecutivos de AstraZeneca, Johnson & Johnson, Merck, Moderna y Pfizer sobre si sus vacunas se fabricarían en Estados Unidos y de qué países adquirirían materiales.
“Las amenazas sistemáticas a la salud son los temas menos prometedores para la cooperación global”, consideró Simon Evenett, profesor de la Universidad de St. Gallen en Suiza, y quien analiza barreras comerciales.
Si la industria privada no está a la altura de la tarea de entrega, una opción es la intervención directa del Gobierno. En EU, por ejemplo, el Pentágono puede recurrir a aerolíneas comerciales contratadas como parte de la Flota Aérea de la Reserva Civil, un programa establecido en 1951 que puede ser invocado en tiempos de paz por razones de seguridad nacional.
En medio del ‘ruido’ político, está el constante ‘zumbido’ de las economías que intentan recuperarse, y la época ocupada del año para que las empresas se abastezcan antes de las vacaciones de fin de año generalmente es en agosto y septiembre. Dejando de lado la distribución de vacunas, los precios de envío ya elevados pueden mantenerse así y seguir siendo más volátiles que nunca dada la escasez de capacidad y la incertidumbre de la demanda.
“Vamos a ver picos impulsados por la carga comercial” en los próximos meses, adelantó Michael Steen, vicepresidente ejecutivo y director comercial de la compañía naviera Atlas Air Worldwide, en Nueva York. “El pico típico del calendario será fuerte, eso es lo que esperamos”.
La industria de medicamentos genéricos y de marca ya ha superado el alto costo del transporte ya que la pandemia ha llevado al caos a la industria de las aerolíneas. Incluso a principios de febrero, los grupos comerciales de la industria y las organizaciones sin fines de lucro lucharon para ayudar a las compañías farmacéuticas a encontrar una solución a la escasez de vuelos comerciales y de carga.
“Este es un problema de demanda donde el precio es cuatro, cinco, diez veces más de lo que normalmente serían”, aseveró Anne McDonald Pritchett, vicepresidenta senior de política e investigación de Pharmaceutical Research and Manufacturers of America.
Las empresas se están volviendo creativas y algunas de ellas pasan por Canadá y usan camiones para transportar productos a EU. Otras han alquilado aviones privados para entregar productos terminados en el país. Es probable que esas soluciones costosas y de solución rápida no funcionen cuando se combinen con los complejos requisitos de transporte de una vacuna contra el coronavirus.
De ahí la urgente necesidad de un plan.
“No estamos planeando de manera proactiva acomodar esa distribución de vacunas en el futuro porque las diversas partes aquí no se están conectando”, dijo Steen el jueves durante el seminario web de la industria, organizado por STAT Media Group, un editor de la industria comercial en Mumbai. “Los transportistas y los fabricantes están en la misma línea”.
La buena noticia, agregó, es que los fabricantes de medicamentos, las compañías a lo largo de la cadena de distribución y los gobiernos todavía tienen tiempo para comprender cómo “aprovechar esta capacidad tan escasa de transporte y apoyar la distribución de esas vacunas para estimular las economías y, lo más importante, hacer que las personas estén saludables de nuevo”.