La Línea 1 del Metro con durmientes podridos, y rieles y pernos con desgaste
El sistema de vías de la Línea 1 del Metro opera con rieles y pernos desgastados y corroídos, durmientes podridos, balasto contaminado, defectos en soldaduras, aisladores con vida útil concluida que presentan fisuras y fracturas y elementos de fijación en mal estado.
Así se describe en el documento Términos de Referencia del Proyecto de Prestación de Servicios a Largo Plazo (PPS) denominado Modernización Integral de la Línea 1 del Sistema de Transporte Colectivo.
El tramo Zaragoza a Chapultepec, inició operaciones el 4 de septiembre de 1969, es decir, las vías cumplirán 53 años en servicio.
Mientras que el balasto, que son las piedras que sostienen las vías, está contaminado, lo que afecta su capacidad para mantener en forma la vía.
Antes de la pandemia, la Línea 1 o Línea Rosa transportaba 1.1 millones de usuarios diarios, si se suma la demanda directa y la demanda por transbordos.
Luego de varias décadas en servicio y debido a la presencia de filtraciones de agua, los durmientes ya se pudrieron.
El aspecto actual del balasto indica que perdió gran parte de sus capacidades mecánicas para mantener la geometría de la vía. Se nota un exceso de balasto en las partes laterales del túnel, entre el riel y la pista, lo que impide observar los elementos ocultos” se señala.
Y las filtraciones de agua que se han detectado en el túnel ya han cobrado factura.
Las cabezas de durmientes quedan en un ambiente húmedo, acrecentándose en zonas de filtración de agua, lo que acelera el deterioro y degradación de la madera, la oxidación del patín de riel, de las alas de pistas, de los pernos y tirafondos, así como de las fijaciones de zoclos y de aisladores de barra guía.
La contaminación del balasto no permite realizar las operaciones de mantenimiento de geometría de la vía por pérdida de su capacidad plástica”, se indica.