Finlandia y Suecia formalizaron este miércoles sus solicitudes de adhesión a la OTAN
Finlandia y Suecia formalizaron este miércoles sus solicitudes de adhesión a la OTAN como consecuencia directa de la invasión de Ucrania por Rusia, que anunció que se rindieron casi 1,000 soldados ucranianos atrincherados en la acería de Azovstal, en Mariúpol.
En una breve ceremonia en Bruselas, Finlandia y Suecia abandonaron décadas de no alineamiento militar y presentaron su pedido de adhesión a la alianza transatlántica.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que el pedido de adhesión de los dos países era un paso “histórico”, aunque las candidaturas enfrentan la oposición de un miembro fundamental de la alianza, Turquía.
La adhesión de nuevos miembros a la OTAN requiere el voto unánime de los países de la alianza.
Para vencer la oposición turca, el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, tiene en agenda este miércoles una reunión con su homólogo de Turquía, Mevlut Cavusoglu, en Nueva York.
Rendición en Mariúpol
En tanto, en la portuaria ciudad ucraniana de Mariúpol proseguían las operaciones para la remoción de soldados ucranianos atrincherados en la planta siderúrgica de Azovstal, donde según Rusia desde el lunes ya se rindieron 959 combatientes, 80 de ellos heridos.
Tras casi tres meses de guerra, el complejo siderúrgico se convirtió en símbolo de la sorprendente resistencia ucraniana que forzó al presidente ruso, Vladimir Putin, a desistir de tomar la capital Kiev para centrarse en el este de esta antigua república soviética.
Unidades de soldados ucranianos se habían atrincherado en el laberinto subterráneo de la acería, retrasando la victoria completa de las tropas rusas en la ciudad portuaria sobre el mar de Azov.
El Ministerio de Defensa ucraniano aseguró que hará “todo lo necesario” para rescatar al personal todavía recluido en la acería, pero admitió que no había una opción militar disponible.
“La misión de evacuación continúa, está supervisada por nuestra inteligencia y nuestro ejército”, dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. “Los mediadores internacionales más influyentes están implicados”, añadió.
Su asesor Oleksiy Arestovich dijo que no harían más comentarios mientras la operación estuviera en marcha. “Todo es demasiado frágil y una palabra descuidada puede destruir todo”, afirmó.
El Ministerio de Defensa de Rusia publicó imágenes de soldados en camillas y dijo que los heridos fueron trasladados a un hospital en la región de Donetsk, controlada por separatistas prorrusos.
En tanto, el ministerio ucraniano de Defensa expresó la esperanza por un “procedimiento de intercambio (…) para repatriar a estos héroes ucranianos lo antes posible”.
Rusia no precisó si los soldados serán tratados como criminales o prisioneros de guerra, aunque Putin “garantizó que serían tratados de acuerdo con las leyes internacionales pertinentes”, según dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Juicio por crimen de guerra
En paralelo, un tribunal de Kiev inicia este miércoles un juicio por presuntos crímenes de guerra, el primero de miles de casos investigados por la justicia ucraniana e instancias internacionales por este tipo de delitos durante la invasión de Rusia.
En el banquillo de los acusados se sentará Vadim Shishimarin, un soldado de 21 años procedentes de Irkutsk, en Siberia, acusado de matar a un civil desarmado en el noreste de Ucrania y enfrentado a una posible cadena perpetua.
De acuerdo con la acusación, Shishimarin comandaba una unidad de una división blindada cuando su convoy fue atacado. Él y otros cuatro soldados robaron un coche y, en su huida, se cruzaron a un hombre de 62 años en bicicleta.
Por órdenes de un compañero, el acusado habría disparado y matado al civil para evitar que pudiera delatarlos, de acuerdo con la fiscalía.
La fiscal general de Ucrania, Iryna Venediktova, afirmó en Twitter que el juicio es “una clara señal” de que los responsables por crímenes de guerra no “escaparán de la justicia”.
Es el primer caso de presuntos crímenes de guerra en llegar a juicio de los 11,000 estudiados por la justicia ucraniana.
Además, instituciones como la Corte Penal Internacional y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU investigan las atrocidades atribuidas a las tropas rusas y el departamento de Estado estadounidense anunció la creación de una unidad para documentar estos delitos.
Mi guerra no ha terminado
A pesar de la resistencia en lugares como Mariúpol o su exitosa defensa de Kiev, las fuerzas ucranianas se están retirando de franjas del frente oriental.
El humo blanco de los campos en llamas marca el ritmo del avance de Rusia alrededor del pueblo de Sydoriv, en los accesos a la ciudad de Sláviank y al centro administrativo del este de Ucrania en Kramatorsk.
La voluntaria del ejército Yaroslava, de 51 años, se sentó en una losa de concreto que sobresalía de los restos de una escuela en Sydoriv, donde la unidad de su esposo había establecido un campamento antes de ser atacada por tropas rusas.
“Nos habíamos establecido en Londres antes de la guerra, pero sentimos que no teníamos más remedio que regresar (…) Mis dos hijos acaban de firmar contratos de tres años con el ejército. Pelearemos. Todavía lucharemos. Mi guerra no ha terminado”, dijo.