Banco de España prevé daño económico de 4.2% en la Unión Europea si se corta suministro de energía rusa
Un posible cese de las importaciones energéticas procedentes de Rusia tendría un impacto económico negativo a corto plazo que mermaría el producto interior bruto del conjunto de la Unión Europea entre un 2.5% y un 4.2%, dijo el martes el Banco de España.
El Banco de España dijo en un artículo analítico que la magnitud del impacto estimado en el primer año de suspensión debería disminuir posteriormente, debido a la creciente adaptabilidad de Europa para sustituir las importaciones rusas.
Según el artículo, el impacto sería significativamente mayor en las tres mayores economías de la eurozona —Alemania, Italia y Francia— y en los países del este de Europa, debido a su mayor dependencia del suministro energético ruso.
Para Alemania, estimó una caída de la actividad de entre el 1.9% y el 3.4% del PIB, del 2.3% al 3.9% para Italia, del 1.2% al 2% para Francia y de entre el 0.8% y el 1.4% para España, dijo Javier Quintana, economista investigador del Banco de España.
Los líderes de la Unión Europea acordaron el lunes un principio de reducción del 90% de las importaciones de petróleo de Rusia para finales de este año.
En Alemania, la cuestión ha sido objeto de un debate cada vez más intenso, dada su relativamente alta dependencia energética de Rusia.
Para el conjunto de la UE, también se produciría un aumento de la tasa de inflación de entre 1.6 y 2.7 puntos porcentuales, según el artículo, que proyecta un aumento de entre 0.8 y 1.2 puntos porcentuales para España.
La inflación de la zona euro volvió a alcanzar un récord del 8.1% interanual en mayo.
Estas proyecciones, sujetas a una enorme incertidumbre geopolítica, se basan en una hipotética interrupción de todos los suministros de productos energéticos procedentes de Rusia.
La suspensión de las importaciones de productos petrolíferos tendría un impacto menor que la interrupción de la entrada de gas natural y carbón rusos, dijo.
Un hipotético cese de los restantes flujos comerciales con Rusia tendría un efecto negativo adicional sobre las economías europeas, aunque su magnitud sería sustancialmente menor que la de las materias primas energéticas.