Países Bajos derrota 2-0 a Senegal
Países Bajos y Senegal jugaron el primer partidazo de la Copa del Mundo. Los tres puntos quedaron en poder de la Naranja, pero ambos evidencieron varias virtudes y un mismo defecto: falta de ingenio y talento en ataque. Después de dos encuentros que se resolvieron muy rápido en favor de Ecuador e Inglaterra, el segundo partido del grupo A fue un choque cargado de intensidad, ritmo y talento en todos los sectores del campo excepto en las áreas.
Allí es donde fallaron siempre salvo en un par de jugadas que fueron más errores defensivo que virtudes ofensivas.
El duelo disputado en el estadio Al Thumama fue muy parejo pero al mismo tiempo fluido. Se jugó entre ambas aéreas y fue muy atractivo en ese sentido. Los dos expusieron argumentos de juego como para quedarse con los tres puntos. Tienen buen funcionamiento, saben jugar en corto y en largo, salir con posesiones extensas y aprovechar las transiciones. Cumplen en casi todas las facetas del juego. Pero no tienen inventiva en el área rival. No hay una gambeta, un pase filtrado, una pared justa.
Senegal se mostró como un equipo muy trabajado, tal como se esperaba. De la mano de Aliou Cissé dejó de ser un seleccionado “ingenuo” y tiene la fisionomía de cualquier buen cuadro europeo. Por supuesto, todas sus figuras se desempeñan en ese continente. Pero una cosa es brillar desde lo individual y otra formar un buen colectivo. El 4-2-3-1 está bien aceitado pero sufre la ausencia de su indiscutible estrella.
La sensación que quedó después de ver este cotejo es que con Sadio Mané podría haber aspirado a cualquier objetivo. Un jugador como el de Bayern Munich, con la mezcla exacta de rebeldía, habilidad y gol habría cambiado absolutamente el panorama para los Leones de la Teranga. El resto del equipo mantuvo sus virtudes, pero sin él se le dificulta convertirlas en goles. Además, tiene una intensidad física que será difícil de aguantar. Su único problema es que Krepin Diatta, Cheikhou Kouyaté, Ismaila Sarr y Boulaye Dia se asocian bien y hacen un gran trabajo en el retroceso, pero carecen de ideas para desnivelar.