El modelo de negocios Uber, Didi y Rappi no está pensado para tener empleados, advierten las apps
Las aplicaciones de movilidad y entrega de comida piden una reforma con “soluciones innovadoras”, como la posibilidad de poder realizar aportaciones a la seguridad social sin ser calificados como patrones de los conductores y los repartidores.
“Lamentablemente este modelo no está pensado para tener empleados. Imaginemos que tres empresas absorben 500,000 personas, eso es absolutamente inviable. Imagina una industria que asume cargas y un costo de seguridad social para una persona que se conecta una hora al mes”, expresa Nicolás Sánchez, director de Políticas Públicas de Uber México. El directivo se refiere a los costos laborales que representaría reconocer legalmente a repartidores y conductores por aplicación como trabajadores subordinados.
Esta semana, las principales plataformas digitales de movilidad y entrega de comida presentaron un decálogo de pisos mínimos para la regulación del trabajo por aplicación, una propuesta que trabajaron en conjunto con una parte de los repartidores agrupados en los colectivos de Ni Un Repartidor Menos y Ni Una Repartidora Menos, y miembros de organizaciones civiles como Nosotrxs.
Con esta propuesta, las plataformas digitales buscan una aportación tripartita a la seguridad social (aplicaciones, gobierno y trabajadores) para que repartidores y conductores tengan acceso a incapacidades, pensiones, entre otros beneficios de la protección social. Sin embargo, la industria plantea que las aportaciones que realicen se hagan sin que se asuman como empleadores de los también denominados jornaleros digitales y para ello, dicen, hay que buscar “soluciones innovadoras”.
Las aplicaciones sí están dispuestas a dar aportaciones para la seguridad social de la fuerza laboral que conduce vehículos y reparte comida, pero “sin sujetarnos al modelo obrero-patronal tradicional, es importante pensar fuera de la caja y creemos que esto son principios básicos de cómo estamos imaginando que en México el camino se podría recorrer hacia mayores condiciones de seguridad social sin que se obstruya el modelo”, indica Tanatiuh Anzures, director de Asuntos con Gobierno de DiDi.
“Socios”, “colaboradores”, “independientes”, “personas repartidores y conductoras”, son sólo algunos de los términos que las plataformas digitales le han dado a toda una fuerza laboral que obtiene ingresos a través de las aplicaciones. Pero esta precaución en no llamarles empleados ha tenido una factura para los propios repartidores y conductores: no hay vacaciones pagadas, no hay aguinaldo, no hay reparto de utilidades y, hasta ahora, no hay seguridad social con aportaciones tripartitas.
La solución innovadora de una seguridad social sin asumirse como empleador sigue la misma línea: no reconocer una relación subordinada con los repartidores y conductores, aunque se hagan aportaciones a la seguridad social como cualquier otro empleador.
Al mismo tiempo, el decálogo presentado por la industria de plataformas digitales y algunos colectivos limita la seguridad social tripartita a repartidores y conductores que trabajen más de 40 horas laboradas por semana a través de las aplicaciones, es decir, lo equivalente a una jornada laboral completa de cinco días.