El motor de crecimiento de México seguirá estando en los USA, mientras no tengamos reformas estructurales que nos permitan captar inversión de otros países
La economía mexicana presentó un mejor desempeño del esperado en el 2022, pero los indicadores más recientes muestran señales de fatiga y de una desaceleración significativa en el presente año, advirtió el director de la consultoría Moody´s Analytics, Alfredo Coutiño.
Las perspectivas para este año enfrentan eventos desfavorables como la restricción que genera una inversión productiva insuficiente; la desaceleración de Estados Unidos en marcha que reducirá la demanda de exportaciones y las políticas monetarias restrictivas bajo las que está funcionando el mercado interno, resaltó.
Nuestro motor del crecimiento se llama Estados Unidos, explicó aparte Jesús Garza, profesor de economía y finanzas en EGADE Business School en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
Sin el apoyo de Estados Unidos en el 2022, México habría crecido 1 por ciento. Somos dependientes de la demanda de Estados Unidos, que toma 85% de nuestras exportaciones y varias familias dependen de las remesas que envían los connacionales, resaltó.
Esta evidencia fue recogida por el consejero económico del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre Olivier Gourinchas, que al presentar su actualización mundial de expectativas refirió que sin reformas estructurales que garanticen un sano crecimiento económico, México seguirá expuesto y altamente sensible a las condiciones externas.
El FMI ajustó al alza su pronóstico de crecimiento para México de 1.2% que tenía en octubre a 1.7 por ciento. Olivier Gourinchas precisó que esta mejora resulta del renovado panorama que se observa para Estados Unidos.
Remesas no son motor de crecimiento
Las remesas no son ni han sido un motor de crecimiento para México, subrayó Olivier Gourinchas. Representan cuatro puntos del PIB pero no son determinantes para mover el consumo de todo el país, aseguró.
En esa misma tesitura habló el profesor del EGADE Business School, al observar que su impacto es positivo de corto plazo pero no son generadoras de riqueza ni empleo. Se necesita una estrategia de largo plazo que garantice un crecimiento económico sostenido que permita desarrollo de empresas, generación de empleo y un ingreso creciente capaz de estimular al consumo de manera sostenida y sana, subrayó.
El Fundador y CEO de Valerio Consulting Group, Alejandro Valerio, explicó que la economía mexicana cuenta con un consumo sólido apuntalado por las remesas y programas sociales, pero matizó que sin inversiones productivas, no hay elementos para esperar consistencia en la capacidad de gasto, consumo y ahorro.
Diversificar desde la autonomía estatal
El catedrático del ITESM matizó que el nearshoring abre la oportunidad de diversificación para México y de aprovechar los tratados comerciales que tiene firmados con otros países.
Aún sin el apoyo del gobierno federal, los gobiernos locales tienen la autonomía y discrecionalidad para aprovechar los acuerdos con otras naciones, lo que les permitiría tomar esa palanca para crecer.
El presidente ejecutivo del ITESM y rector, David Garza Salazar, explicó también que Estados Unidos no es el único que está buscando limitar la dependencia de China en el desarrollo productivo.
También la Unión Europea está escudriñando acuerdos de suministro con varios países donde México está incluido, precisó.
Garza Salazar observó que si México no cuenta con el contexto ideal para aprovechar la oportunidad que representa el interés de las grandes economías, por limitar su dependencia de China, los gobiernos locales pueden beneficiarse.
Tasas altas, otro riesgo
Aparte, el economista jefe de Valmex, Víctor Ceja, estimó que la actividad económica de México registrará un crecimiento de 1% en el 2023, que evidencia una desaceleración significativa, que no recesión, por parte de la economía estadounidense.
Destacó que los riesgos están sesgados a la baja por el impacto rezagado del alza en las tasas de interés y la expectativa de que se mantendrán en niveles elevados por un periodo prolongado.
Por otra parte, Juan Ramón Hernández, catedrático del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), argumentó que el horizonte de operación de la política monetaria es largo, tienen que pasar, al menos, 18 meses para que la economía comience a permear el endurecimiento de las condiciones financieras por las alzas acumuladas de tasas.