Según la DEA dice que “La Barbie” pagó a exchofer de AMLO y le financió al hoy presidente el plantón de 2006
“Años antes de que Andrés Manuel López Obrador fuera elegido Presidente de México en 2018, agentes antidrogas estadounidenses descubrieron lo que creían que era evidencia sustancial de que los principales traficantes de cocaína habían canalizado unos dos millones de dólares hacia su primera campaña presidencial. Según más de una docena de entrevistas con funcionarios estadounidenses y mexicanos y documentos gubernamentales revisados por ProPublica, el dinero se entregó a asesores de campaña en 2006 a cambio de la promesa de que una administración de López Obrador facilitaría las operaciones criminales de los traficantes”.
Así empieza el texto del periodista Tim Golden en ProPublica. Señala directamente a Nicolás Mollinedo Bastar, conocido como “Nico”, chofer de López Obrador hasta 2012 y después director de Recolección y Tratamiento de Residuos Sólidos de la Delegación Cuauhtémoc cuando Ricardo Monreal Ávila era titular. Golden también señala a Francisco León García y Mauricio Soto Caballero, quienes supuestamente respondían directamente a Mollinedo Bastar. Cita como fuente fundamentalmente a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, la DEA, e identifica una fuente: Roberto López Nájera, un informante de autoridades de México en tiempos de Felipe Calderón Hinojosa y Genaro García Luna y de Estados Unidos, en los años posteriores al fraude electoral; ese “testigo” fue famoso y se le identifica con el nombre clave de “Jennifer”.
Según su texto, citando fuentes de la DEA, el narcotraficante Edgar Valdéz Villarreal, “La Barbie”, dio dinero a Mollinedo Bastar y hasta financió el plantón de Paseo de la Reforma en 2006, cuando López Obrador protestaba contra el fraude electoral que llevó a Calderón Hinojosa a la Presidencia.
Tim Golden agrega: “La investigación no estableció si López Obrador aprobó o siquiera conocía las donaciones reportadas por los traficantes. Pero los funcionarios dijeron que la investigación, que se basó en la amplia cooperación de un exagente de campo y un informante clave sobre drogas, sí produjo evidencia de que uno de los colaboradores más cercanos de López Obrador había aceptado el acuerdo propuesto. La acusación de que representantes del futuro Presidente de México negociaron con criminales notorios ha seguido resonando entre los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y de política exterior de Estados Unidos, quienes durante mucho tiempo se han mostrado escépticos sobre el compromiso de López Obrador de enfrentar a los narcotraficantes”.