Inteligencia artificial pone a temblar el poderío de la industria musical
Resultaría insólito imaginar una colaboración entre Peso Pluma y Taylor Swift, pero no es una idea tan disparatada en un mundo con inteligencia artificial (IA), que ya está empezando a retar al “establishment” de la industria musical.
Una mezcla menos insospechada, The Weeknd y Drake, ha protagonizado una de las últimas canciones generadas por inteligencia artificial que se han viralizado, “Heart on My Sleeve”.
Sin embargo, el Grupo Universal Music se ha encargado de cortarle las alas, ordenando a Spotify y Youtube que eliminaran la canción de sus plataformas.
No es la primera vez que Drake ve su voz utilizada por la inteligencia artificial. “Esto es el colmo, IA”, ha lamentado en Instagram, tras una versión suya rapeando “Munch (Feelin’U)” de Ice Spice.
La música ha sido a menudo punta de lanza en los cambios tecnológicos, pese a que históricamente la conversión de texto a imagen podría considerarse la primera forma artística en enfrentarse a la IA, ya que hay aplicaciones como Midjourney, en las que el usuario hace una descripción de la imagen que quiere generar y la plataforma la crea.
Aun así, la música “podría ser la primera industria en involucrarse plenamente” en esta revolución, explica Martin Clancy, presidente del comité de Ética ante la IA del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos, con sede en Estados Unidos.
El “copyright” es la columna vertebral de una industria musical que todavía no está preparada para la IA, que es vista como una amenaza para los derechos de los artistas, tanto que Universal ha pedido a los servicios de “streaming” que impidan que acceda a sus canciones.
En declaraciones a EFE, un portavoz de Universal justifica la medida argumentando que “las plataformas tienen la responsabilidad fundamental jurídica y ética de impedir el uso de sus servicios de forma que perjudique a los artistas”.
A su juicio, el desarrollo de la inteligencia artificial ha obligado a las discográficas a preguntarse “de qué lado de la historia quieren estar: del lado de los artistas, los fans y la expresión creativa humana; o del lado de las falsificaciones, el fraude y negar a los artistas la compensación que les corresponde”.