Conoce el origen de la corbata, “una historia de amor y guerra”
La corbata es una prenda que ha transitado por senderos tan románticos como belicosos. Surgió en Croacia en el siglo XVII durante la Guerra de los Treinta Años, cuando, a la hora de partir, las mujeres anudaban al cuello de los soldados de la caballería ligera un pañuelo rojo símbolo de amor y fidelidad. Algo así como el actual anillo de compromiso.
Durante la devastadora contienda (1618-1648), su uso se extendió por Europa, ya que la Guardia Real francesa, que reclutaba a los famosos jinetes croatas bajo la Corte de Luis XIII, quedó entusiasmada por las bandas rojas que lucían en sus uniformes: de lino los soldados y de algodón fino o seda los oficiales. En 1667, Luis XIV se declaró admirador personal del lazo al cuello, que consideraba ligero, pintoresco y elegante, casi una novedad épica, propiciando la adhesión al mismo y el declive paulatino de los rígidos cuellos altos de la época.
La Enciclopedia Británica registra la aparición de la corbata en 1656 y explica su etimología como un derivado del sustantivo étnico croata al francés cravate, para extenderse después a nivel mundial. Con la restauración de la monarquía inglesa, en 1660, a su regreso del exilio, Carlos II, —amante de las artes y conocido como el rey alegre, no sólo por sus catorce hijos bastardos—, introdujo en el país el nuevo accesorio de moda, la cravate, que empezó a utilizarse con tal gusto que podría creer- se un asunto muy de orden británico. Fue Georges Brummell, el primer dandi oficial del mundo —por supuesto inglés—, quien ideó el traje moderno de caballero con anudado al cuello, impulsando la moda de la corbata como signo de distinción.
Las clases altas
Durante los siglos XVII y XVIII, el pañuelo anudado croata se transformó en largas tiras de muselina, seda y encaje que hicieron la locura de las clases altas; se ataban por delante con las puntas sueltas arregladas en multitud de estilos. En Francia, Brummell hizo de la corbata una leyenda y, tras la Revolución Francesa, de nuevo el aroma bélico: la prenda adquirió valor político y se usaba negra para los revolucionarios y blanca entre sus oponentes. Más tarde, en 1827, salió a la luz el primer manual sobre el asunto, El arte de anudar la corbata, que contó con la colaboración humorística de Balzac, quien detallaba mediante dibujos su variedad de usos.
La corbata se volvió alargada a finales del siglo XIX, cuando Inglaterra implantó la forma rígida que simplificaba y democratizaba el atuendo. Las almidonadas se sujetaban con alfiler de perla y dieron lugar al nudo Ascot, exigencia del buen vestir. El color apareció en el siglo XX, momento en que ya era utilizada por todas las clases sociales. Poco a poco, ha formulado sus propias tendencias de moda hasta el estándar actual, que proclama un largo entre 140 y 150 centímetros, anchos de ocho a diez y, ¡atención!, que la punta sobrepase ligeramente la cinturilla del pantalón.